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Esta cátedra es un espacio que no existe. O en todo caso, existe porque hay personas que la habitan y le dan vida. Son docentes y estudiantes compartiendo la maravilla de la academia, donde se mezcla racionalidad, pasión, esfuerzo y amor. Pregonamos que el Diseño es una disciplina transmitible, por lo tanto argumentable, por lo tanto, enseñable. Las condiciones innatas de cada persona la ayudarán a formarse más o menos rápido o sin dificultad, con mayor o menor nivel, pero no concebimos la idea de que exista alguien que "sirve" o "no sirve" para el Diseño.

 

Esta cátedra sostiene que el Diseño es una de las herramientas más formidables para observar la realidad de manera crítica, y por eso mismo, alimentar el deseo de cambiarla. Por lo tanto, el Diseño siempre es político, aun cuando no quiera serlo. Afecta la realidad circundante, la cambia o la valida. Y eso ya es un acto profundamente político. En el sesgo donde nos paramos, siempre estaremos en la acción por cambiar lo injusto en justo, combatir la crueldad de la ignorancia y desarmar los eficaces mecanismos de la estupidez. 

 

Esta cátedra abraza comprometidamente el trabajo en pos de la excelencia académica. Es por eso que nos formamos en cada cuestión con nuestro mayor esfuerzo. Eso nos permite ofrecer y exigir el máximo que cada uno puede dar. Sin embargo, estamos en las antípodas de Pai Mei, ese personaje de Kill Bill que enseña impacientemente a los palazos. Nada bueno sale del maltrato, prohibido taxativamente en todo el ámbito de la cátedra. Exigir al máximo va de la mano de contener, explicar, volver a intentar y ganar la confianza en cada clase. 

 

Esta cátedra cree que los buenos procesos de aprendizaje son como las buenas parejas: sacan lo mejor de cada integrante. Para ello, compele a todos quienes la trascienden a poner lo mejor de sí, a pelarse el alma, las pestañas y el cerebro para dejar todo y arribar a un buen resultado. Es la única manera de aprender, crecer y terminar amando lo que hacemos y en lo que nos transformaremos. 

 

Esta cátedra desconfía de fórmulas y recetas. Por eso cree que el conocimiento es un proceso conjunto entre docentes y estudiantes que, a partir de un saber previo van armando un camino de reflexión, práctica, reflexión sobre esa práctica y así sucesivamente hasta que se van incorporando, estimulando y reformulando diferentes conocimientos que toman forma de saber cuando cobran sentido. 

 

Esta cátedra sostiene, con firme convicción, que ser serio no significa, ser solemne. Nos consideramos muy serias y serios en lo que hacemos, y, claro, muy poco solemnes. 

 

Esta cátedra, por último, es Alejocarpentiana. Cree en la fuerza de la mística pero construye sobre el reino de este mundo, en las fuerzas laicas, sean pasionales oracionales. Desafía al universo mismo y cree que cada una de nosotras y nosotros es única, único e irrepetible. Por eso nos invita, propone y dispone, a que cada persona que es parte de esta cátedra cumpla el cometido de la canción de Pink Floyd:  ¨Brilla tú, diamante loco¨.

Diseñar es cambiar el mundo

© Cátedra Salomone 2025

Hecho con ❤️ en la universidad pública

FADU  -  UBA

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